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Trotamundos vs Cocodrilos: El inicio de un sueño

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Un ambiente fresco bañaba a la ciudad de Valencia y un cielo claro permitía una situación propicia para los fanáticos que llegaban al Forum de Valencia. Era viernes 10 de mayo y la cita era a las siete de la noche para un espectáculo que subiría el telón de la nueva temporada. El juego pautado para aquel día era Trotamundos de Carabobo contra Cocodrilos de Caracas.

Los autobuses llegaron y con ellos los protagonistas del show. Los miembros de los equipos bajaron de ellos con sus bolsos y audífonos, ensimismados y concentrados en lo que les venía. En el histórico suelo del Forum, Anthony Pérez estiraba sus músculos; no tenía idea de la gran actuación que tenía por delante. Uno a uno los otros jugadores se incorporaron al calentamiento; lanzaban balones, practicaban el drible, hacían penetraciones al aro, inclusive se colocaron todos en la línea de fondo e hicieron ejercicios de entrada en calor. Todo para llegar a tono al salto entre dos.

Es entonces cuando llegó el momento de ir a los vestuarios para oír las recomendaciones de “mamaosa” y comenzar la gesta de una nueva gloria materializada en un título. El recinto quedó sumido en una profunda oscuridad, era hora de presentar a los ídolos de la ciudad; dos espectaculares columnas de humo eran atravesadas por los actores de la película, quienes eran vitoreados hasta llegar al último: David Cubillán con el cual todas las gradas se vinieron abajo: gritos, silbidos y aplausos en una muestra de respeto a una de las máximas figuras del club.

Llegó el momento del salto entre dos, no obstante un pequeño inconventiente (que se convertiría en un gran problema) retrasaría las acciones inesperadamente. Anthony Pérez volvía a estar en el suelo, pero esta vez no era para prepararse, sino para esperar una solución después bastante tiempo.

Inicio del partido

Cuando por fin se arregló el problema (a medias porque solamente funcionaba uno de los dos relojes de 24 segundos) Cocodrilos se hizo con el balón y con él vendría una serie de intentos fallidos, que hicieron que los primeros puntos tardaran en llegar. Finalmente cayeron luego de poco más de un minuto y medio. Los caraqueños se pusieron arriba gracias a una bandeja de su capitán Cesar García. Anthony Pérez sería el encargado de inaugurar el marcador por parte del expreso azul, seguido de un muy buen triple de Cubillán.

 Los primeros minutos se presentaron muy torpes de lado y lado gracias a las constantes perdidas de balones y a un drible un poco precario. No obstante, Cubillán se desenvolvía de manera fluida en la cancha, pasaba, anotaba y le regalaba a su equipo destellos de su indiscutible talento, para ganar el primer cuarto con una diferencia de nueve puntos y un score de 18 – 9.

Imprecisiones del expreso azul hicieron que los saurios igualaran la pizarra mientras los constantes fallos técnicos complicaban más la situación, lo que dio paso a que luego de unos minutos el marcador se igualara. A pesar de todo, Pérez y “el relámpago” seguían con su magia en cancha, además el aporte de Miguel Ruiz y Kwame Alexander fue de bastante utilidad. El telón de la primera mitad se bajó con un 32 – 30 favorable a los locales.

Las irrupciones para arreglar los marcadores eran constantes, daba la impresión de que los propios jugadores perdían un poco la paciencia. El público parecía tener una opinión unánime ante el percance, no obstante la fiesta seguía.

El tercer cuarto estuvo marcado por el resurgir de unos saurios que parecían dormidos, pero la gallardía de los azules ante la perpleja mirada de quienes colmaron los asientos, se hizo más que presente. Un Anthony Pérez descansado salía al tabloncillo con la misión de mantener la ventaja que a la postre daría la victoria. Se hizo común que los jugadores de Cocodrilos intentaran depositar el balón en el aro y de la nada saliera Anthony para frustrar la acción con un tapón inesperado, “uuuuuhhhh” clamaban las gradas.

Un último aliento

La pizarra marcaba un estrecho margen que favorecía al cuadro local y dejaría el desenlace para los últimos minutos del partido. Néstor Salazar gritaba, se exasperaba y parecía tener ganas de entrar al encuentro; sus indicaciones eran implacables ante las arremetidas del conjunto caraqueño que creía posible una remontada.

Ronald Ramón y Kwame Alexander hicieron que la diferencia se agrandara y que los últimos minutos no tuvieran mucho suspenso, Trotamundos ya tenía el trabajo hecho y los segundos finales no fueron más que un trámite.

Abandonaba entonces el público valenciano la comodidad de las gradas de aquella cancha histórica, bajo la custodia de una noche tranquila. El equipo local conseguía su primera victoria de la temporada y comenzó con pie firme la conquista de un título que se le ha hecho esquivo los últimos años.

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Las cojedeñas que vencieron el desinterés de la sociedad

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Una mezcla indiscutiblemente jovial de risas y balones rebotando se puede escuchar ocasionalmente dentro de uno de los recintos más importantes de los llanos venezolanos. Se trata del segundo gimnasio más antiguo del país, el “Federico Sánchez” de Tinaquillo. Bajo su característico techo curvo, que una vez fue testigo del baloncesto profesional, se han gestado historias memorables y esta es sin dudas una de ellas.

Las carcajadas provienen de un grupo de muchachas vestidas con un llamativo color naranja. Se preparan para comenzar una de sus extenuantes jornadas de entrenamiento y como es de esperarse no pueden dejar de lado su alegría, a pesar de que llegar hasta allí no es sencillo. La felicidad entonces es lo que suele imperar en el sitio.

Esas prácticas suelen encontrar su apogeo en grandes jugadas ejecutadas con gran sutileza y en potentes impactos, que a primera vista parecen tener la capacidad de malograr a cualquiera que ose a emularlos. No importa, ellas están acostumbradas y hasta lo disfrutan, o al menos eso es lo que afirma su entrenador desde un costado de la cancha mientras las observa.

No se trata de un grupo de amigas que sencillamente decide reunirse para jugar y ya. Nada que ver. Son las actuales representantes de una extensa tradición baloncestística de grandes jugadoras cojedeñas. Esas muchachas son la selección estadal sub 17 y a diario tienen que pelear contra algunas adversidades como falta de apoyo y tratos desiguales con respecto a los basquetbolistas varones…

De generación en generación

Perdido su recuerdo en el paso de los años, Cojedes en algún momento llegó a tener un equipo femenino en la máxima categoría nacional: Llaneras. Eran un conjunto tremendamente talentoso, que hace algunas décadas representó el zenit del basquetbol local en la categoría de damas. Sin embargo, no fueron las únicas atletas destacadas en la disciplina.

A lo largo de la historia han surgido varias camadas de campeonas, que han conquistado títulos nacionales y han enaltecido el nombre de un estado al que difícilmente se le toma en cuenta a escala nacional. Estas actuaciones no son una tarea sencilla y mucho menos con la crisis económica venezolana que ha recrudecido en los últimos años.

Son entonces, las jugadoras de la selección sub 17, las actuales embajadoras de aquella tradición . Recientemente han incursionado exitosamente en varios torneos regionales y clasificatorios, y son una referencia en el país. No obstante, sus logros no han tenido la repercusión que merecen, en ocasiones debido a la falta de interés de algunos medios, aunque hay otro factor mucho más complicado con el que también tienen que lidiar.

Obstáculos más allá del tabloncillo

A pesar de que los entrenadores internos de la selección y gran parte del personal apoyan a las muchachas a sabiendas de la responsabilidad que ello conlleva, no es sencillo ser una atleta femenina en Venezuela. Muchas veces, el público en general trata a las mujeres de forma desigual con respecto a los deportistas varones, desmeritan sus logros e inclusive muchas personas llegan a decir cosas fuera de lugar.

“¡Juega como un hombre!”, se profiere desde las gradas ocasionalmente, como si las mujeres no tuviesen la capacidad de desenvolverse en el tabloncillo a su manera. De hecho, al preguntárselo a ellas, la gran mayoría de las diez integrantes del equipo responden que han escuchado este tipo de comentarios, se han sentido incómodas y consideran que si fueran jugadores masculinos las personas probablemente celebrarían un poco más sus triunfos. Pero en el fondo, han aprendido a afrontar este tipo de situaciones y hasta cierto punto les motiva demostrar que pueden llegar lejos sin importar su género.

Estos no son los únicos obstáculos con los que tienen que pelear las muchachas. Muchas veces carecen de instrumentos; desde balones con los cuales entrenar hasta uniformes. “No es lo mismo practicar con un balón nuevo que con los que usamos hoy en día. Estos ya tienen muchos años, están desgastados y pueden terminar siendo perjudiciales para ellas… Uniformes tenemos gracias a la mamá de una jugadora, quien ha gestionado todo para que una empresa nos apoye con eso”, señala José Lugo, entrenador del grupo.

El amor al juego, por encima de todas las cosas

A pesar de las adversidades, estas atletas se han mantenido firmes en su progreso, y definitivamente su motor ha sido el cariño que sienten por el baloncesto. Cada una de ellas tiene una historia personal por contar, pero a grandes rasgos los esfuerzos que se hacen son cuantiosos, aunque las gratificaciones también.

Escarlet Delgado, Leymerli Castillo y Daniska Malpica provienen de Macapo, una pequeña localidad rural de Cojedes. Todos los días de entrenamiento tienen que recorrer los poco más de 23 kilómetros que las separan de Tinaquillo, que suele ser el lugar en el cual se concentran. Por otro lado, Marian Varrone y Geraldin Pacheco son de San Carlos y Valencia respectivamente, lo que significa que de igual manera deben hacer un gran esfuerzo solamente por cumplir con algo tan aparentemente superfluo como una práctica, especialmente en una nación en la que escasea el combustible.

El grupo lo completan Aleska Salcedo, Anyely Contreras, Ariam Herrera, Laleska Sánchez y Karlys Leal, todas oriundas de Tinaquillo. A pesar de ello, también deben sacrificar muchas cosas para garantizar su continuidad en este deporte y de igual manera sus familias juegan un rol fundamental en su desarrollo.

El esfuerzo, sin embargo, no ha sido en vano como se mencionó previamente. Las jugadoras han sabido cosechar grandes logros y aprovechar las oportunidades que se les han presentado; muchas de ellas avizoran un futuro prometedor e inclusive hay algunas en el radar de la selección nacional. Aunque todo esto en el fondo también es secundario, pues todas destacan que lo más importante de su paso por los tabloncillos siempre serán las experiencias y la amistad que han podido forjar. Después de todo, no dejan de ser ese mismo grupo de muchachas que ríen alegremente antes de los entrenamientos bajo el característico techo del Gimnasio Federico Sánchez…

Toda la suerte del mundo para ellas.

Ángel Torres (@angelrafatorres1)

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José «El Jabao» Sojo renueva con Guaiqueríes

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El departamento de prensa de Guaiqueríes de Margarita anunció, durante el transcurso del jueves, que José «El Jabao» Sojo seguirá con la franquicia por una campaña más.

Esta es la segunda temporada del base armador con los insulares. Previamente ya había participado con Llaneros de Guárico y Spartans Distrito Capital, desde la creación de la Superliga en el año 2020.

Justamente, con Llaneros tuvo su mejor campaña en los albores de la SLB, al promediar 6.8 puntos, 2.6 anticipaciones, 3.2 asistencias y 4.5 rebotes por partido.

En la escuadra insular destacó gracias a su aporte defensivo, con un total de 1.2 robos cada encuentro. Además, cosechó 4.4 unidades, 3.2 rebotes y 1.8 asistencias por juego.

Esta es apenas la segunda renovación que Guaiqueríes hace pública a poco menos de tres semanas de iniciar la campaña. El otro basquetbolista que pactó una extensión fue Gendry Correa, aunque se espera que en los próximos días haya más novedades en la nómina.

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Guaiqueríes anuncia al uruguayo Mauricio Arregui

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Durante el transcurso del viernes, Guaiqueríes de Margarita anunció la incorporación del basquetbolista Mauricio Arregui, proveniente del baloncesto uruguayo.

Arregui es un jugador que puede desenvolverse cerca del poste bajo, con la posición de pívot como su rol natural dentro del juego. Cuenta con 2.00 metros de estatura y tres años de experiencia en la liga de Uruguay.

Originalmente debutó con el Bigua en la campaña 2021; allí registró 2.2 puntos y 2.2 rebotes por partido, en un total de 8 encuentros disputados. Posteriormente, pasó al conocido Club Atlético Goes, con quienes estuvo entre las zafras 2021 – 2022 y 2022 – 2023. En su participación más reciente con dicho conjunto cosechó 2.6 unidades y 1 rebote por compromiso. Aunado a esto, compartió vestuario con Néstor Colmenares, Windi Graterol y David Cubillán.

Guaiqueríes marcha en la segunda posición de la conferencia oriental, con 5 victorias y tan solo 1 derrota, únicamente por detrás de los invictos Cocodrilos de Caracas. Los neoespartanos recibirán el mes de abril con dos choques ante Marinos de Anzoátegui, pautados para los días 2 y 3.

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