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Crisis en el Cabriales

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Trotamundos de Carabobo anunció de manera oficial la destitución de Manolo Povea como entrenador del equipo. Este movimiento representa el último episodio —hasta ahora— de un inicio de temporada irregular para el conjunto que hace vida en Forum de Valencia. Al respecto resulta útil hacer una pequeña radiografía de la situación para saber cuál es el verdadero alcance del problema…

Dos derrotas en la última semana le costaron el puesto al coach español; la primera de ellas ante un Llaneros de Guárico que recién venía de sustituir a Darwin Silvera. Ese partido se le escapó de las manos al Expreso Azul frente a su público luego de haber gestado una remontada que no pudo concretar, contra un conjunto que sorprendió a muchos por su gallardía. Tres días después, los valencianos viajaron a Barquisimeto para intentar mostrar una mejor imagen, pero Guaros se encargó de barrer todas sus aspiraciones y se llevó un triunfo holgado que selló la salida de Povea.

Tras menos de veinticuatro horas ya se corría el rumor de que Manolo estaba extraoficialmente despedido y que era cuestión de tiempo para que la gerencia anunciara la orfandad del puesto. Y en efecto, así fue. Bien entrada la noche del lunes, Trotamundos agradecía de manera pública el aporte del coach ibérico y confirmaba su salida del banquillo carabobeño.

La mañana siguiente trajo consigo otra noticia crucial para la franquicia: la negociación que ya habían adelantado algunos periodistas (en particular Rowerth Goncalves) terminó por llegar a buen puerto. El argentino Guillermo Narvarte, con experiencia en Boca Juniors y artífice del récord de más victorias para un equipo venezolano, volvía al Forum luego de quince años.

La visión de Manolo

Ahora bien, una pregunta que vale la plantear es ¿realmente fue tan malo el trabajo de Povea? Por supuesto, no existe una respuesta concreta y objetiva a esta cuestión y todo depende del enfoque con el que se mire, pero sí vale la pena contextualizar algunos aspectos con los que tuvo que lidiar el entrenador andaluz.

A pesar de que tan solo transcurrieron cinco meses desde la edición anterior de la SPB, el Trotamundos que consiguió Manolo era muy diferente al equipo que ganó la serie final ante Cocodrilos. La disposición de la liga de redistribuir a los jugadores «élite» obligó a la franquicia del Cabriales a despedirse de David Cubillán y Miguel Ruíz —al menos de manera temporal—. Además, Leinfer Montes de Oca, Miguel Marriaga, Lenin López y Francisco Márquez también pusieron rumbo a otros destinos. A cambio llegaron Tulio Cobos, Deivi Añanguren, Ángel Blanco y «Petare» Martínez (quien todavía no se ha integrado al conjunto).

En la conferencia de prensa del primer encuentro, el propio Povea afirmaba que el grupo que tenía en sus manos era distinto al de la zafra pasada: «más completo y con muchas herramientas de nivel que podían estar a su disposición». Probablemente esto no haya sido más que una interpretación propia, pues la calidad de las piezas entrantes en comparación con las que salieron es algo que solo se puede evaluar bajo la subjetividad.

La realidad es que Trotamundos tuvo un inicio de campaña muy criticado; aun así, comenzaron la semana del 3 de abril con récord positivo de 5 victorias y 2 derrotas. De hecho, bajo el mando del cordobés nunca llegaron a registrar más reveses que triunfos. Hay que tomar en cuenta que durante los últimos años, los valencianos han demostrado ser un equipo que carbura a mediados de temporada e incluso entrados en los playoffs. No obstante, las jornadas de Semana Santa fueron un martirio para la plantilla dirigida por Povea, lo que llevó a la gerencia a tomar cartas en el asunto.

Con la suerte en contra

Uno de los aspectos que más preocupaba al entorno de Trotamundos eran las deficiencias en el juego. Aún en los partidos que se lograban sacar adelante no se podía vislumbrar ese equipo vistoso que sentenció la final pasada sin mayores inconvenientes. De hecho, hay un detalle que pudo haber influido mucho en el funcionamiento interno: la ausencia de jugadores perimetrales experimentados.

Con Cubillán fuera, la directiva del equipo se encargó de negociar con Dwight Buycks, un piloto norteamericano con experiencia en NBA. Así, junto a Elvis Báez y Ángel Blanco, la conducción del juego parecía estar blindada, con al menos tres nombres para rotar a lo largo de la campaña…

El problema es que Buycks nunca llegó a Valencia. Nadie supo el porqué de su ausencia y cuando se le preguntó al propio Povea en rueda de prensa, este no quiso dar más detalles. Por si fuera poco, Báez se lesionó en los albores de la temporada y el equipo quedó sin pilotos. Para enmendar esta situación, que ya se tornaba muy adversa, se contrató al base uruguayo Diego García, pero este también sufrió un problema físico al poco tiempo de llegar.

El resultado de todos estos factores fue un equipo sin rumbo, salvado en ocasiones por las individualidades de Jhornan o los destellos de Mario Little, pero que dejaba entrever sus falencias de forma recurrente. Para rematar la hecatombe del Expreso Azul, Edgar «Petare» Martínez no se podrá incorporar a la plantilla hasta que terminé sus compromisos en Brasil y varios de los jugadores importados no han tenido el rendimiento esperado.

Bajo esta tormenta interminable se fue Povea del Cabriales, y con el mismo panorama llegará Narvarte. La fanaticada carabobeña dependerá entonces de la experiencia del argentino, para detener el sangrado que aqueja a Trotamundos desde hace ya un buen tiempo…

Fotografías: Departamento de prensa Trotamundos de Carabobo

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Las cojedeñas que vencieron el desinterés de la sociedad

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Una mezcla indiscutiblemente jovial de risas y balones rebotando se puede escuchar ocasionalmente dentro de uno de los recintos más importantes de los llanos venezolanos. Se trata del segundo gimnasio más antiguo del país, el “Federico Sánchez” de Tinaquillo. Bajo su característico techo curvo, que una vez fue testigo del baloncesto profesional, se han gestado historias memorables y esta es sin dudas una de ellas.

Las carcajadas provienen de un grupo de muchachas vestidas con un llamativo color naranja. Se preparan para comenzar una de sus extenuantes jornadas de entrenamiento y como es de esperarse no pueden dejar de lado su alegría, a pesar de que llegar hasta allí no es sencillo. La felicidad entonces es lo que suele imperar en el sitio.

Esas prácticas suelen encontrar su apogeo en grandes jugadas ejecutadas con gran sutileza y en potentes impactos, que a primera vista parecen tener la capacidad de malograr a cualquiera que ose a emularlos. No importa, ellas están acostumbradas y hasta lo disfrutan, o al menos eso es lo que afirma su entrenador desde un costado de la cancha mientras las observa.

No se trata de un grupo de amigas que sencillamente decide reunirse para jugar y ya. Nada que ver. Son las actuales representantes de una extensa tradición baloncestística de grandes jugadoras cojedeñas. Esas muchachas son la selección estadal sub 17 y a diario tienen que pelear contra algunas adversidades como falta de apoyo y tratos desiguales con respecto a los basquetbolistas varones…

De generación en generación

Perdido su recuerdo en el paso de los años, Cojedes en algún momento llegó a tener un equipo femenino en la máxima categoría nacional: Llaneras. Eran un conjunto tremendamente talentoso, que hace algunas décadas representó el zenit del basquetbol local en la categoría de damas. Sin embargo, no fueron las únicas atletas destacadas en la disciplina.

A lo largo de la historia han surgido varias camadas de campeonas, que han conquistado títulos nacionales y han enaltecido el nombre de un estado al que difícilmente se le toma en cuenta a escala nacional. Estas actuaciones no son una tarea sencilla y mucho menos con la crisis económica venezolana que ha recrudecido en los últimos años.

Son entonces, las jugadoras de la selección sub 17, las actuales embajadoras de aquella tradición . Recientemente han incursionado exitosamente en varios torneos regionales y clasificatorios, y son una referencia en el país. No obstante, sus logros no han tenido la repercusión que merecen, en ocasiones debido a la falta de interés de algunos medios, aunque hay otro factor mucho más complicado con el que también tienen que lidiar.

Obstáculos más allá del tabloncillo

A pesar de que los entrenadores internos de la selección y gran parte del personal apoyan a las muchachas a sabiendas de la responsabilidad que ello conlleva, no es sencillo ser una atleta femenina en Venezuela. Muchas veces, el público en general trata a las mujeres de forma desigual con respecto a los deportistas varones, desmeritan sus logros e inclusive muchas personas llegan a decir cosas fuera de lugar.

“¡Juega como un hombre!”, se profiere desde las gradas ocasionalmente, como si las mujeres no tuviesen la capacidad de desenvolverse en el tabloncillo a su manera. De hecho, al preguntárselo a ellas, la gran mayoría de las diez integrantes del equipo responden que han escuchado este tipo de comentarios, se han sentido incómodas y consideran que si fueran jugadores masculinos las personas probablemente celebrarían un poco más sus triunfos. Pero en el fondo, han aprendido a afrontar este tipo de situaciones y hasta cierto punto les motiva demostrar que pueden llegar lejos sin importar su género.

Estos no son los únicos obstáculos con los que tienen que pelear las muchachas. Muchas veces carecen de instrumentos; desde balones con los cuales entrenar hasta uniformes. “No es lo mismo practicar con un balón nuevo que con los que usamos hoy en día. Estos ya tienen muchos años, están desgastados y pueden terminar siendo perjudiciales para ellas… Uniformes tenemos gracias a la mamá de una jugadora, quien ha gestionado todo para que una empresa nos apoye con eso”, señala José Lugo, entrenador del grupo.

El amor al juego, por encima de todas las cosas

A pesar de las adversidades, estas atletas se han mantenido firmes en su progreso, y definitivamente su motor ha sido el cariño que sienten por el baloncesto. Cada una de ellas tiene una historia personal por contar, pero a grandes rasgos los esfuerzos que se hacen son cuantiosos, aunque las gratificaciones también.

Escarlet Delgado, Leymerli Castillo y Daniska Malpica provienen de Macapo, una pequeña localidad rural de Cojedes. Todos los días de entrenamiento tienen que recorrer los poco más de 23 kilómetros que las separan de Tinaquillo, que suele ser el lugar en el cual se concentran. Por otro lado, Marian Varrone y Geraldin Pacheco son de San Carlos y Valencia respectivamente, lo que significa que de igual manera deben hacer un gran esfuerzo solamente por cumplir con algo tan aparentemente superfluo como una práctica, especialmente en una nación en la que escasea el combustible.

El grupo lo completan Aleska Salcedo, Anyely Contreras, Ariam Herrera, Laleska Sánchez y Karlys Leal, todas oriundas de Tinaquillo. A pesar de ello, también deben sacrificar muchas cosas para garantizar su continuidad en este deporte y de igual manera sus familias juegan un rol fundamental en su desarrollo.

El esfuerzo, sin embargo, no ha sido en vano como se mencionó previamente. Las jugadoras han sabido cosechar grandes logros y aprovechar las oportunidades que se les han presentado; muchas de ellas avizoran un futuro prometedor e inclusive hay algunas en el radar de la selección nacional. Aunque todo esto en el fondo también es secundario, pues todas destacan que lo más importante de su paso por los tabloncillos siempre serán las experiencias y la amistad que han podido forjar. Después de todo, no dejan de ser ese mismo grupo de muchachas que ríen alegremente antes de los entrenamientos bajo el característico techo del Gimnasio Federico Sánchez…

Toda la suerte del mundo para ellas.

Ángel Torres (@angelrafatorres1)

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José «El Jabao» Sojo renueva con Guaiqueríes

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El departamento de prensa de Guaiqueríes de Margarita anunció, durante el transcurso del jueves, que José «El Jabao» Sojo seguirá con la franquicia por una campaña más.

Esta es la segunda temporada del base armador con los insulares. Previamente ya había participado con Llaneros de Guárico y Spartans Distrito Capital, desde la creación de la Superliga en el año 2020.

Justamente, con Llaneros tuvo su mejor campaña en los albores de la SLB, al promediar 6.8 puntos, 2.6 anticipaciones, 3.2 asistencias y 4.5 rebotes por partido.

En la escuadra insular destacó gracias a su aporte defensivo, con un total de 1.2 robos cada encuentro. Además, cosechó 4.4 unidades, 3.2 rebotes y 1.8 asistencias por juego.

Esta es apenas la segunda renovación que Guaiqueríes hace pública a poco menos de tres semanas de iniciar la campaña. El otro basquetbolista que pactó una extensión fue Gendry Correa, aunque se espera que en los próximos días haya más novedades en la nómina.

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Guaiqueríes anuncia al uruguayo Mauricio Arregui

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Durante el transcurso del viernes, Guaiqueríes de Margarita anunció la incorporación del basquetbolista Mauricio Arregui, proveniente del baloncesto uruguayo.

Arregui es un jugador que puede desenvolverse cerca del poste bajo, con la posición de pívot como su rol natural dentro del juego. Cuenta con 2.00 metros de estatura y tres años de experiencia en la liga de Uruguay.

Originalmente debutó con el Bigua en la campaña 2021; allí registró 2.2 puntos y 2.2 rebotes por partido, en un total de 8 encuentros disputados. Posteriormente, pasó al conocido Club Atlético Goes, con quienes estuvo entre las zafras 2021 – 2022 y 2022 – 2023. En su participación más reciente con dicho conjunto cosechó 2.6 unidades y 1 rebote por compromiso. Aunado a esto, compartió vestuario con Néstor Colmenares, Windi Graterol y David Cubillán.

Guaiqueríes marcha en la segunda posición de la conferencia oriental, con 5 victorias y tan solo 1 derrota, únicamente por detrás de los invictos Cocodrilos de Caracas. Los neoespartanos recibirán el mes de abril con dos choques ante Marinos de Anzoátegui, pautados para los días 2 y 3.

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